Cuidados de Piercing

¿COMO CURAR TU PIERCING?
1.Haz que un profesional te ponga el piercing. 

En la comunidad de modificación del cuerpo, es un hecho conocido que hay una manera correcta y una incorrecta de hacerse un piercing. En vez de hacerte el piercing en una tienda de supermercado o en un local cualquiera, invierte un poco más de dinero para que te lo haga correctamente un profesional. Tu piercing quedará mejor y sanará más rápidamente. También tendrás a la mano al experto que te hizo el piercing para que te proporcione todos los consejos necesarios.
Pide un piercing de aguja hueca. La manera correcta de perforar la mayoría de las partes del cuerpo es con una aguja de punta hueca especialmente diseñada. Los profesionales en piercing usan estas agujas porque son higiénicas y fáciles de controlar. Además, los piercings que se colocan así quedan bien puestos y sanan rápidamente.
Evita las pistolas perforadoras. Una herramienta común para hacer piercing en las orejas (y a veces otras partes del cuerpo) es la pistola perforadora, la cual es una herramienta mecánica que inserta rápidamente una aguja en la piel. Las pistolas perforadoras muy a menudo representan problemas de higiene (ya que la pistola misma no está debidamente desinfectada, incluso si se usa una nueva aguja cada vez) y son conocidas por colocar el piercing en ángulos extraños o descentrados. En lugar de eso, pide que te realicen la perforación manualmente.

2.Déjale el palito a tu piercing. 
Sacar el palito que viene con el piercing antes de que haya sanado es una manera segura de exponer tu carne viva a una infección. En el caso de los piercings de oreja, el proceso de curación suele tomar entre 6 y 8 semanas. Durante ese tiempo debes usar el arete que pusiste en tu piercing nuevo en todo momento o arriesgarte a una infección dolorosa.
Otras partes del cuerpo, tales como el ombligo, pueden tardar más tiempo en sanar. Antes de que te realicen la perforación, pregúntale a un profesional en piercings cuánto tiempo tardará en curar.
3.Limpia tu piercing regularmente.

Seguir de manera muy estricta un régimen de limpieza diaria es esencial para evitar infecciones y permitir que tu piel quede lisita y pareja cuando sane. El profesional en piercings te dará instrucciones específicas para ti, las cuales siempre deberás seguir. En general, estas instrucciones serán similares a los siguientes métodos:
Compra materiales. No necesitarás mucho, pues deberá bastar con algunos hisopos de algodón y jabón antibacteriano suave. También deberás contar con una pequeña taza, un chorro de agua y sal marina.
Lava y frota. Empieza por lavarte las manos con agua caliente y el jabón suave. Una vez que tus manos estén limpias y secas, humedece un hisopo de algodón (o una bola de algodón si te parece necesario) con agua y con la mano frota delicadamente alrededor del piercing para eliminar cualquier acumulación que haya. Desecha el hisopo una vez que hayas terminado.
Limpia minuciosamente. Pon una buena cantidad de jabón suave en uno o dos de tus dedos y suavemente pero de manera minuciosa lava por todos lados alrededor de tu piercing. También asegúrate de hacerlo por debajo de la joya (la “cara” del arete). Una vez hayas quedado satisfecho con la limpieza, vierte una taza de agua caliente y úsala para enjuagarte el jabón.
Sumerge el piercing en una solución salina. Mezcla algunas cucharaditas de agua salada en varios mililitros de agua caliente y sumerge el piercing en ella por uno o dos minutos. Esto ayudará a extraer los líquidos infectados de un piercing que no esté sanando bien, pero también cumple otra función importante, la de reducir la irritación. Haz una inmersión salina cada vez que limpies el piercing hasta que ya no te duela ni sientas el área irritada.
Enjuaga y repite el proceso. Enjuaga nuevamente el piercing con agua fría o caliente y sécalo con palmaditas muy suaves. Repite estas instrucciones dos veces al día para fomentar una curación adecuada.
Si la perforación está infectada, puedes limpiarla de esta manera hasta cuatro veces al día.
¿Lo tienes infectado?
1.Ten claro lo que debes observar. Algunas heridas y dolencias relacionadas con los piercings son totalmente obvias, mientras que otras podrían no serlo para alguien que no está bien informado. Algunas de las señales más comunes de una infección en la perforación son:
  • Comezón constante o enrojecimiento
  • Irritación y piel delicada
  • Una sensación de ardor
  • Filtración de líquido, ya sea pus o sangre, por el agujero
  • Mal olor
2.Revisa que no tengas alergia al metal. Algunas veces, el problema con el piercing viene de una alergia al metal del piercing o a otra joya que usaste recientemente. Si el área de tu piercing parece irritada o sensible después de ponerte un arete nuevo, investiga de qué metal está hecho pues podrías ser alérgico a él. Opta por un metal hipoalergénico, tal como el acero quirúrgico o el niobio, y determina si el problema se soluciona.

3.Controla tus actividades. Mientras fomentas la curación de tu piercing, adopta los pasos necesarios para evitar irritarlo aún más. No vayas a nadar, no te apliques lociones o cremas (a menos que tu dermatólogo te lo indique, por supuesto) y no te tiñas o trates químicamente el cabello, excepto por un lavado delicado con un champú suave.
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